▷ Clic aquí para ver el índice:
Tu metabolismo necesita esto para perder peso
Después de los 40, muchas mujeres sienten que hacer dieta es la solución, sin embargo, te equivocas, en el día 2 del reto hablamos de algo que realmente marcará la diferencia en tus próximos años.
Regulación del apetito y la saciedad
Cuando tu cuerpo se acostumbra a recibir alimentos en ciertos momentos del día, también empieza a regular mejor el hambre. Eso quiere decir que vas a sentir menos ansiedad, menos necesidad de picotear, y más control sobre las porciones que comés.
Además, al saber que siempre vas a comer en un horario determinado, el cuerpo libera mejor las hormonas relacionadas con la saciedad y la digestión. Todo funciona en armonía.
Mayor energía durante el día
Comer a cualquier hora agota, literalmente. Tu cuerpo está constantemente trabajando para digerir. En cambio, si lo hacés en horarios estables, le das a tu metabolismo pausas necesarias para descansar, procesar y quemar mejor lo que comés. El resultado: más energía, mejor humor y menos fatiga.
Comer lo primero que se encuentra vs. planificar con intención
Una de las causas más comunes por las que no bajás de peso después de los 40 es la improvisación. Si no tenés nada listo, terminás comiendo lo más rápido o lo que hay en casa, que muchas veces no es lo más saludable.
Y no es por falta de voluntad, sino por falta de planificación. Cuando tenés opciones saludables listas, es mucho más fácil tomar buenas decisiones sin caer en tentaciones.
Por qué dedicar 30 minutos semanales puede cambiar tu cuerpo
Con solo 30 minutos, podés organizar tu semana y ahorrar tiempo, dinero y frustraciones. Por ejemplo, elegí un día —puede ser viernes a la tarde, sábado o domingo a la mañana— y prepará algunos básicos: cociná proteína como pollo, carne o atún, cortá verduras, cociná arroz o quinoa.
Tener esto en la heladera te permite armar platos rápidos, ricos y equilibrados durante la semana, sin pensarlo demasiado.
Cómo organizar tu comida sin complicaciones
Elegí 2 o 3 tipos de proteína para la semana (ej. pollo, huevos, atún).
Agregá 2 tipos de cereales o legumbres (arroz integral, lentejas).
Cortá 3 o 4 verduras para tener listas (zanahoria, calabaza, zapallito, espinaca).
Armá una lista de compras y comprá solo lo que vas a usar.
Guardá todo en porciones listas para combinar.
Así no solo evitás la improvisación, también cuidás tu energía mental. La comida deja de ser un estrés y pasa a ser parte de tu autocuidado.
Ejemplos de alimentos base para la semana
Proteínas: pechuga de pollo al horno, huevos duros, atún natural, salmón.
Carbohidratos: arroz integral, quinoa, papas cocidas, lentejas.
Verduras: brócoli, zanahoria rallada, calabacín salteado, espinaca fresca.
Extras: aceite de oliva, semillas, limón, condimentos naturales.
Todo esto podés combinar en minutos para preparar platos sabrosos, nutritivos y que te ayuden a bajar grasa sin pasar hambre.